Manuel Guzmán: De las calles de La Zurza a los grandes escenarios del baloncesto dominicano

Santo Domingo. Manuel Guzmán, una de las grandes figuras del baloncesto dominicano, es un testimonio vivo del poder de la perseverancia, la disciplina y el trabajo duro. Su historia, contada recientemente en el programa Historias de los Grandes Deportistas, es un recorrido por los momentos que marcaron su vida personal y su carrera como atleta de alto rendimiento. Desde sus humildes comienzos en el barrio Juan Pablo Duarte, en La Zurza, hasta su consagración como uno de los mejores jugadores de baloncesto del país, Guzmán ha sido un ejemplo de superación.

Nacido en La Zurza, un barrio que enfrenta grandes desafíos económicos y sociales, Manuel Guzmán creció en un entorno donde las oportunidades eran escasas. Desde niño, comprendió el valor del esfuerzo al ver a sus padres luchar para llevar el sustento al hogar. «Mi papá era un militar retirado y, desde muy temprano en la mañana, cuando la mayoría de los dominicanos aún dormían, me levantaba para ir con él al mercado de la avenida Duarte», cuenta Guzmán. Allí, ayudaba a su padre a vender frutas y otros productos en uno de los centros de abastecimiento más concurridos de Santo Domingo. A pesar de las dificultades, nunca perdió su amor por el baloncesto.

Como muchos niños dominicanos, Manuel comenzó a jugar baloncesto en las calles, con canastos improvisados y una pelota de trapo. El barrio se convertía en su cancha, y con un aro de bicicleta en los postes del tendido eléctrico, Guzmán empezó a forjar sus primeras habilidades en el deporte que más tarde lo llevaría a la cima. Pero su pasión no era suficiente; necesitaba una oportunidad para mostrar su talento.

Fue en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte donde dio un gran paso hacia su futuro. Al principio, jugaba de manera furtiva, escapándose para practicar en las instalaciones. Pero pronto fue descubierto y recibió la invitación a participar en partidos más formales, lo que lo catapultó a las ligas más importantes del país. Así, comenzó su trayectoria en clubes deportivos de renombre como Villa Francisca, San Lázaro, El Millón y San Carlos, este último considerado su hogar en el baloncesto dominicano.

Manuel Guzmán ha dejado una huella imborrable en el deporte nacional, llegando a ser reconocido como uno de los grandes del baloncesto local. Ocupa el puesto número 22 en la prestigiosa lista de «Los 50 Traviesos de Don Virgilio», una exclusiva selección de los mejores atletas que han pisado el tabloncillo del Palacio de los Deportes, Profesor Virgilio Travieso Soto. Esta lista es un homenaje a los jugadores más destacados del país, y formar parte de ella es un reflejo del impacto que Guzmán ha tenido en el baloncesto dominicano.

A pesar de sus logros en la cancha, Manuel Guzmán siempre se ha mantenido humilde y agradecido. Durante su entrevista, hizo una pausa para agradecer a Dios por la familia que ha formado junto a su esposa, Estefany Minaya. La importancia de los valores inculcados por sus padres, especialmente la disciplina que heredó de su padre militar, ha sido fundamental en su éxito tanto personal como profesional.

El programa Historias de los Grandes Deportistas, donde Manuel Guzmán compartió su inspiradora historia, es producido por los periodistas Tomás Acevedo y Luis Manuel Ferreras. Se transmite a través de CANAGA VISIÓN 98, con el apoyo del Instituto Nacional de Educación Física (INEFI), dirigido por Alberto Rodríguez. Este espacio busca resaltar las historias de los atletas que han dejado una marca en el deporte dominicano, y la de Manuel Guzmán es, sin duda, una de las más emblemáticas.

La historia de Manuel Guzmán es la de un hombre que, desde un barrio marcado por la falta de oportunidades, logró convertirse en una leyenda del baloncesto dominicano. Un ejemplo de que con pasión, disciplina y trabajo duro, se pueden superar las adversidades más difíciles.

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