Una sociedad rumbo al despeñadero.

Desde hacen aproximadamente 2 meses el fenómeno Wilkin García Peguero, alias Mantequilla, y el fenómeno denominado Onguito, han acaparado la prensa nacional, estos dos personajes pintorescos, atrevidos, y que han tenido la osadía de lanzarse a conquistar lo que intelectuales han entendido que su condición de buen juicio, cultura, educación, formación e intelecto no le permiten, sin embargo, al trascender los personajes de una manera casi imparable, porque encuentran el apoyo de una parte importante de la sociedad ignorante y barrial, y como en el caso de Onguito, con manager y un personal de protección y salvamento con licencia para ayudarlo a salir de todos sus problemas y hasta el vocero de la PolicíaNacional salió a mentir en televisión Nacional.

El caso de Mantequilla es hasta más complejo, un hombre que se la ingenió para engañar a cientos de personas para estafar a una comunidad completa, todos le creyeron y hasta lo protegieron y hoy dice:
«Soy un preso del sistema» y uno se pregunta: y en realidad la gente está yendo a la escuela? O qué está pasando que la mayoría de la gente quiere ganar dinero sin trabajar, y por eso cree a ciegas cuando le hablan de multiplicar el dinero, no sabiendo que ningún negocio es creado para perder, que ningún descerebrado tiene capacidad para crear negocios y que el dinero que se multiplica es el que se invierte en un mercado de valores, pero al final no se sabe quienes tienen más problemas si Onguito o quieres lo consideran artista, o Mantequilla o la cantidad de personas que hoy está en desgracia porque le entregó todo su dinero a un mago multiplicador que no tiene ni idea del significado de 3.14.

Y así va esta sociedad, rumbo al despeñadero porque muy pocos quieren trabajar y esta es la mejor muestra de que debemos volver a reflexionar.