Turismo y Estilo de vida
Por Héctor Minaya
Cambiar percepción EE UU
Independiente del inicio del plan estratégico de la marca país, hay que cambiar la percepción de gravedad o peligro que tiene el Gobierno de Estados Unidos sobre la pandemia en República Dominicana.
Pese a la reducción de los contagios y muertes por coronavirus en el país, según los datos que suministran las autoridades dominicanas de Salud, EEUU mantiene en la página Web del Departamento de Estado y de la embajada estadounidense aquí, una advertencia de nivel 4, que recomienda a sus ciudadanos no viajar a este país caribeño.
“No viaje a República Dominicana por medidas de salud y seguridad y condiciones relacionadas con COVID”, así reza el mensaje que aparece en la página Web de la cancillería norteamericana.
Otro mensaje colgado en la página advierte: “Los viajeros a la República Dominicana pueden experimentar cierres de fronteras, cierres de aeropuertos, prohibiciones de viaje, pedidos de permanencia en casa, cierres de negocios y otras condiciones de emergencia dentro de la República Dominicana debido al COVID-19”.
Recomienda a los estadounidenses: “Visite la página de COVID-19 de la Embajada para obtener más información sobre COVID-19 en República Dominicana”.
Los esfuerzos serían en vano de la recién iniciada campaña de marca país, si el Gobierno dominicano no le suministra a las autoridades de Washington un informe actualizado del avance logrado y el control que tiene República Dominicana sobre la pandemia.
El propio presidente Luis Abinader lo reiteró recientemente en un acto en Punta Cana de que República Dominicana tiene bajo control la crisis sanitaria producida por el coronavirus.
Pero todavía fatan cosas por hacer, hay que bajar la tasa de positividad de contagios que promedia un 12 % y que de acuerdo a especialistas se debe mantener en un 2 %.
Mientras la impresión negativa se mantenga en Estados Unidos, que es el principal mercado emisor de turistas hacia República Dominicana, la situación no variará ni un micrómetro.
En los últimos años, a Punta Cana llegaban tres millones de turistas estadounidenses, un caudal que disminuyó drásticamente con la aparición de la pandemia en marzo pasado.
Los ciudadanos estadounidenses se llevan de las directrices de sus autoridades y las cumplen cabalmente.
Es parte del civismo que viene arraigado en la cultura anglosajona y se transmite generaciones por generaciones.
Sin querer trazar pautas, es a modo de sugerencia, el ministro de Turismo, David Collado, junto a su par de Salud Pública, el doctor Plutarco Arias, vía la cancillería dominicana, deberían ponerse en contacto con las más alta instancia del Departamento de Estado norteamericano para en un diálogo cambiar el panorama en cuanto a información se refiere sobre la realidad del coronavirus aquí.
Hasta que no se diluya esa imagen negativa el problema local continuará igual que ahora.