Senado, farsa e institucionalidad fallida
Por Luis García
Resulta vox pópuli el considerar que el proceso de evaluación de candidatos a miembros para integrar la nueva Junta Central Electoral (JCE), que realiza la comisión especial designada por el Senado de la República, constituye una mera formalidad legal, debido a que ya esa decisión habría sido tomada por las cúpulas de las principales fuerzas políticas del país.
La verdad es que cuesta pensar que eso sea cierto. Pero en el hipotético caso de que lo fuere, entonces, en lo adelante, habrá de pensarse que en la República Dominicana lo que existe es una caricatura de democracia, no una real. Sería vergonzoso poner a cientos de profesionales a procurar una amplia documentación y a rellenar un tedioso formulario, para luego enterarse que se trataba de una farsa.
Naturalmente, habría que esperar hasta que culmine el proceso evaluatorio; mientras circulan los nombres de los nombres de los supuestos cinco “independientes” que serían los titulares del órgano electoral. Se trataría el producto de un acuerdo antidemocrático, discriminatorio y violador de derechos de los partidos Revolucionario Moderno (PRM), de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP).
De ocurrir lo anterior, habría que preguntarse a dónde iría a parar la institucionalidad democrática pregonada en la sociedad dominicana, ante una farsa de tal dimensión, sin mencionar el “papelazo” que harían los comisionados para evaluar a los postulantes.
Estos son, el representante de la provincia Sánchez Ramírez, Ricardo De los Santos, quien la preside; y la completan Bautista Rojas Gómez, Hermanas Mirabal; José Del Castillo Saviñón, Barahona; Ramón Rogelio Genao, La Vega; Antonio Taveras Guzmán, Santo Domingo; Faride Raful, Distrito Nacional; Iván Silva Fernández, La Romana; Franklin Rodríguez, San Cristóbal; y Melania Salvador Jiménez, Bahoruco.
En la política se puede recurrir a un enfoque realista o al idealista, pero sin que ello implique que haya que pasarle por encima a la institucionalidad democrática.
El enfoque realista de la política consiste en el intento de subrayar la diferencia entre lo que pensamos debería hacerse y lo que, en efecto, se hace, así como entre lo que se dice y lo que de hecho es.
De acuerdo con esto, los mitos y las ficciones acerca de la política surgen de la confusión entre la realidad, por un lado, y los deseos proyectados o los discursos con los que algunos actores tratan de validar actos, instituciones y programas políticos, por el otro.
Mientras que el enfoque idealista se define como el conjunto de los sistemas filosóficos, según los cuales la idea es el principio y fundamento del ser y el conocimiento. Su origen se puede rastrear hasta Platón, quien consideraba que la verdadera realidad era la del mundo de las ideas, únicamente accesible para la razón.
Ni siquiera el presidente Abinader puede romper el rol institucional, a través de la imposición La República Dominicana adoptó el sistema de división de los poderes desde su fundación y progresivamente ha ido creando órganos para fortalecer su funcionamiento.
Entre estos órganos figuran los de control del ejercicio de la autoridad y la correcta aplicación de las leyes, y también de la administración de los procesos para la renovación de las autoridades que habrán de dirigir esos poderes.
En una sociedad democrática, cualquier que sea el enfoque aplicado, la política debe ser ejercida apegada a principios éticos, respetando las instituciones; evitando en todo momento que se conviertan en especie de sellos gomígrafos.
Ojalá los senadores comprendan que la escogencia de los miembros de la JCE no debe ser una farsa, sino el resultado de un ejercicio político verdaderamente democrático.