Registran 152 muertes por violencia armada en capital de Haití

Puerto Príncipe, 11 sep.- Entre abril y junio, la haitiana Comisión Episcopal de Justicia y Paz registró al menos 152 víctimas mortales de la violencia armada en esta capital, según un informe revelado hoy.

Del total, 114 murieron por balas, 13 por armas blancas y en otros cuatro aún no se identificó la causa, revela el texto.

Entre los casos más notorios, destaca la masacre en los barrios de Tokio y Brooklyn en el centro de la ciudad, del 23 al 27 de mayo en los que perdieron la vida 14 personas, entre ellas tres niños.

También el 15 de junio individuos irrumpieron en la residencia de la docente Farah Martine Lhérisson y ultimaron a tres personas, incluida la profesora. Cuatro días después otra pandilla mató al subcomisionado de gobierno de Puerto Príncipe, Fritz Gérl Cerisier, en las cercanías de los Archivos Nacionales.

Por su parte, dos jóvenes bailarines fueron asesinados y sus cuerpos quemados en la localidad de Tabarre, a finales de ese mes.

La Comisión Episcopal advirtió un repunte de la inseguridad y como las bandas cada vez controlan zonas más amplias de Puerto Príncipe y operan con impunidad.

Criticó además la falta de seguimiento judicial a estos casos que coparon la opinión pública y sugirieron a las autoridades independizar al comisionado de gobierno, evitar el abuso de las inmunidades de funcionarios y descentralizar y fortalecer la policía judicial.

La inseguridad se disparó en Haití en las últimas semanas con el repunte de los asesinatos, secuestros y violaciones.

El homicidio del presidente del Colegio de Abogados, Moferrier Dorval desató una ola de protestas a nivel nacional, y puso de manifiesto que este flagelo afecta a todos los sectores del país.

Dorval fue asesinado en su residencia, en las cercanías de la casa presidencial, y aunque las autoridades aseguran que la investigación avanza, aún no ofrecieron informes concluyentes, dos semanas después de los sucesos.

Para el economista y activista político Camille Chalmers, la agudización de la violencia contra sectores populares, en especial los barrios vulnerables de Puerto Príncipe, forma parte del proyecto político del partido gobernante, junto a la administración estadounidense para reinstaurar un régimen autoritario controlado por la oligarquía.