La guerra entra en una fase peligrosa
Los términos de la guerra en Ucrania se han desarrollado en función de las observaciones que habíamos hecho sobre el tema en dos trabajos anteriores. Tanto es así, que adelantamos que, aunque Rusia es la segunda potencia militar global, no estaba en condiciones de librar una guerra en escala con Ucrania (EE.UU. y la OTAN), tanto porque su economía no lo soportaría, menos con las sanciones de que ha sido objeto; y porque se quedaría sola, dado que sus aliados colaterales (China, por ejemplo), tienen demasiados intereses de por medio que preferirían quedarse al margen.
A pesar de las retóricas de diálogos y conversaciones de las que hablan las partes en el conflicto, la guerra continuará, lo más probable es que se pueda recrudecer en los próximos días, extendiéndose a otras zonas de la misma Ucrania.
Un conflicto bélico que estalló a pesar de los acuerdos de Minsk y las gestiones que se habían avanzado a través del Cuarteto de Normandía (órgano de concertación política integrado por Alemania, Francia, Rusia y Ucrania para buscar una solución política a la crisis de las repúblicas separatistas de Dombás), no se detiene fácilmente en una mesa de trabajo de Rusia y Ucrania, porque en el fondo queda claro que están en juego intereses muy poderosos, de mayor importancia a lo que sabemos hasta hoy.
La evidencia más tangible es el mismo discurso de los líderes de las naciones en el conflicto, el presidente Joe Biden de Estados Unidos; Vladimir Putín, de Rusia; Bolodímir Zelenski de Ucrania; más los que gobiernan en las naciones inscritas en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, incluyendo a su secretario general el noruego Jens Stoltenberg.
Por ejemplo, el presidente Joe Biden prevé “una guerra larga y dura”; envía drones y misiles de largo alcance, y autorizó de inmediato una asistencia militar directa a Ucrania por US$800 millones.
El presidente Zi Jinping de China insiste en exhortar a Rusia y Ucrania a evitar una escalada del conflicto, cuando en el mes de febrero pasado alcanzó un acuerdo de alianza estratégica con Putín. Además, ha señalado a EE.UU. y la OTAN como responsables.
Putin explicó que enviar el ejército a Ucrania era necesario porque EE.UU. estaba utilizando, a ese país para amenazar a Rusia. “Moscú tenía que evitar el genocidio de personas de habla rusa por parte de las autoridades de Kiev”.
Mientras que Stoltenberg refirió: “Nos enfrentamos a una nueva realidad para nuestra seguridad. Debemos reiniciar nuestra defensa colectiva y disuasión a largo plazo. Hoy hemos encargado a nuestros comandantes militares que desarrollen opciones en todos los dominios: tierra, aire, mar, y en el campo cibernético y espacial”.
Ahora bien, ¿por qué el conflicto entra en una fase de extremo peligro, que amenaza con extenderlo en el tiempo, como dice el presidente Biden, pues la “invitación” abierta que hace el presidente ucraniano a efectivos extranjeros para integrar una brigada que luche contra (lo que él llama) “los criminales de guerra rusos”.
Postura que fue devuelta por el mismo presidente Putín cuando ordenó a su ejército facilitar el envío de combatientes “voluntarios” a Ucrania como respuesta, (según dijo) a la llegada de “mercenarios” desde otros países.
El nuevo giro podría llevar el conflicto al escenario de la Guerra civil española de 1936-1939, cuando el Ejército Republicano para detener al bando contrario buscó el apoyo de Las Brigadas Internacionales, fuerzas militares integrada por efectivos de más de 50 países, que significó un agravamiento del conflicto por la crueldad con que estos actuaron.
También en la Guerra de Corea pilotos soviéticos se vistieron con uniformes y volaron aviones pintados con colores de China y Corea del Norte.
Por lo tanto, no sería sorpresa que militares de los países aliados a Washington se pongan el uniforme ucraniano para combatir a su favor; o que tropas sirias, chechenas o de Bielorrusia hagan lo mismo para entrar en los combates en apoyo a Rusia.
El Ministro de Defensa británico Ben Wallace, observó: “la invasión rusa está en un punto muerto en todos los frentes”.
Ciertamente la ofensiva rusa se ha visto detenida por dos razones poderosas, primero errores tácticos, ya que han tratado de ingresar a Ucrania por zonas que son humedales, y segundo, y no menos importante, que la inteligencia de EE.UU. y la OTAN está pasando informes de inteligencias a las fuerzas de Zelenski, que han sido fundamentales para diezmar a sus contrarios.
A pesar de la retórica de ambas partes en cuanto a llegar a un acuerdo político, eso no es posible al margen por un lado de EE.UU. y la OTAN; mientras que, por el otro Rusia, y China (aunque se mantenga de lejos)
No obstante, el descomunal poder militar del Kremlin, lo que más le conviene en este momento es alcanzar un acuerdo del cese al fuego; porque una guerra de desgaste prolongada solo beneficia a EE.UU y China, porque Rusia quedaría muy debilitada, desde el punto de vista económico y militar, que le obligaría a ceder su influencia en la geopolítica al gigante asiático.
Por su lado, EE.UU y la OTAN quedarían como una fuerza invencible, capaz de imponer su poderío a todos sus contrarios, sin importar que sean grandes o pequeños.
En todas las guerras los dos elementos más importantes son: quien presta el dinero para sustentar el conflicto, y quien venderá las armas que se utilizarán, pues en este caso específico de Ucrania, por un lado, será Estados Unidos, (el primero desde la Segunda Guerra Mundial); y por el otro China, desplazando de esta manera a Rusia.