Por Fernando Despradel
Recientemente asistí junto a mi esposa a un bonito acto del colegio de mi nieto Manuel Fernando donde se le rindió culto y reivindicó este valor.
Que aleccionador resultó ver a cada niño rendir culto a esta cualidad propia de «los agradecidos «.
Dar las gracias a Dios, a los padres, a los profesores..en la versión de estos niños nos sirvió a los adultos presentes en el bello acto recarcar la cuota de agradecimiento que acuñamos en nuestros corazones.
Gracias en todos los idiomas lo tenemos a flor de labios.
Y gracias por la atención de leerme hoy.

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