La Fuerza del Pueblo, no es el PLD
Por Pascual Ramirez
El partido la Fuerza del Pueblo no nació como la continuación del PLD con otro nombre como algunos se han aventurado a decir, sino como la negación de los vicios del viejo partido, como la emergencia de lo nuevo que sustituye a la caducidad de lo viejo, como la antítesis de los procesos degenerativos que se dieron y se dan en la organización morada.
El surgimiento de la Fuerza del Pueblo representa un salto cualitativo con relación al Partido de la Liberación Dominicana que lleva en su embrión lo mejor de lo mejor y por ende eso se está reflejando también en lo cuantitativo. De ahí que no resulta sorprendente su crecimiento meteórico en tan corto tiempo.
Si estamos viendo que miles de peledeístas están haciendo la mudanza política a la Fuerza del Pueblo, es precisamente porque el partido de la estrella amarilla ha perdido su brillo y su luz, volviéndose tan opaco que ya no alumbra ni inspira a nadie.
Se van porque allí ya no pueden estar. Se van porque no se sienten cómodos cohabitando con tantos corruptos sobre los que pende la espada de la justicia. Se van porque le apesta la hediondez del estercolero en que se ha convertido el partido fundado por el profesor Juan Bosch. Se van porque quieren comenzar de nuevo para empezar mejor lo que allí se traicionó: Los principios e ideales fundacionales que le dieron origen.
El atractivo político del nuevo partido lo constituyen su vigoroso armazón conceptual, sus ideas frescas y renovadas, su líder visionario y su liderazgo renovado. Por eso sus filas no paran de crecer. Están ingresando gente porque lo ven diferente.
El eslogan que quiso implantar su líder histórico en el ya decadente y caduco PLD, que reza: “servir al partido para servir al pueblo” y que entendieron al revés la camarilla que lo asaltó y se apoderó de sus estructuras para dañarlas y corromperlas, ahora ha encontrado una parcela fértil donde cumplirse y practicarse en su verdadera esencia.
Mientras el antiguo PLD representa el anquilosamiento del pasado, el cáncer orgánico y el envilecimiento de su dirigencia, la Fuerza del Pueblo simboliza el presente y el futuro, la clarinada de los nuevos tiempos, la fuerza que le hacía falta al pueblo para vencer en la batalla contra la miseria, contra el subdesarrollo y emprender una nueva ola de transformación en la Republica Dominicana.
Liderazgo
Mientras el deteriorado PLD carece de un líder carismático y creíble que, mantenga la cohesión interna y que imante y atraiga a las masas, la Fuerza del Pueblo tiene un líder del que sí puede enorgullecerse por su profunda convicción y formación democrática, por su amor y entrega a los mejores intereses de la nación.
Mientras el PLD es una masa amorfa, de individuos envueltos en intereses non-santos y sin rumbo claro, la Fuerza del Pueblo es todo lo contrario. Un partido con un norte seguro que marca el camino, una cantera de oportunidades limpias para hacer carrera política dentro de la línea de servir al pueblo, pero de verdad. Una organización para la plena realización humana, basada en el mejor concepto del servicio social.
La Fuerza del Pueblo es el resultado de una visión distinta en el quehacer público, una nueva misión trascendente que la llena de sentido político, inspirada en el rescate de los ideales boschistas que fueron renegados y pisoteados por la cúpula dirigencial que se apolilló en el PLD, y puso en peligro la democracia dominicana, por la que Bosch tanto lucho.
La Fuerza del Pueblo nació para recuperar la confianza perdida, la esperanza, sueños e ilusiones de los dominicanos de buena voluntad; para realizar una política inclusiva, igualitaria, distributiva, veraz, justa y racional; para enrumbar la nación hacia una nueva ola de transformación y prosperidad.
En fin, la Fuerza del Pueblo es la expresión de las nuevas necesidades y convicciones democráticas de la sociedad dominicana.
La Fuerza del Pueblo es otra cosa, con otra calidad y un contenido completamente asimétrico de la ruina política del PLD. No es casualidad que la Fuerza del Pueblo sea verde como la esperanza de un mejor mañana para todos los dominicanos y dominicanas.