La carretera de Casabito, Constanza en estado de emergencia.

Por Fernando Despradel
Los 15 kilómetros de carretera que van desde la Autopista Duarte hasta el punto más elevado de dicha vía (donde está el Santuario a la Virgen de La Altagracia) cíclicamente ha confrontado períodos críticos y tiempos en que la carretera ha estado en condiciones muy estable.
Partiendo desde que la firma brasileña Odebrecht reconstruyó la pista, cubriendo laderas de montañas con una malla y relleno asfáltico, amén de otros trabajos en canalizaciones de cañadas se disfrutó de un buen período de gracia.
Como un cáncer que afecta los organismos estatales y privados: la falta de mantenimiento, la carretera ha llegado a un estado de deterioro que nos recuerda tiempos difíciles.
Los reportes que frecuentemente son difundidos presentan tramos en que los derrumbes prácticamente se han comido tramos carreteros.
Debemos ser justos también, el actual ministro de Obras Públicas, ingeniero Eduardo Estrella inspeccionó personalmente la carretera y comprobó la crítica situación, por el pronunciado estado calamitoso de la misma.
Estrella se pronunció enunciando medidas que se estaban implementando en lo inmediato, como suspender definitivamente el tránsito de vehículos pesados que transportan fuertes volúmenes de carga y suspensiones de tránsito por varias horas cada día por las labores de reconstrucción que se iban a emprender con la inmediatez que amerita el caso.
Esta decisión del ministro de Obras Públicas nos hace recuperar la fé y pensar en modo de esperanza: » de que no todo está perdido».
Esta hacendosa región produce un altísimo porcentaje de las verduras y tubérculos (papas) que se consumen en todo el país y suplen la demanda de los hoteles; amén de su posición de importancia en el turismo de montaña, requiere de vías de comunicación impecables.