La administración Biden da a conocer su primera estrategia para el Indo-Pacífico, enfocada en la contención de Pekín

La administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, hizo pública este viernes su primera estrategia para el Indo-Pacífico, después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, completara su gira de una semana por los países de la región.

Tiene como objetivo principal moldear el entorno estratégico en torno a China, construyendo un equilibrio de influencias favorable, y frenar a Pekín mientras «busca convertirse en la potencia más influyente del mundo».

De esta manera, Biden se convierte en el tercer líder estadounidense consecutivo en designar a Asia como la principal prioridad geoestratégica. La nueva estrategia sostiene que «ninguna región será más vital para Estados Unidos en el futuro y que la seguridad y la prosperidad estadounidenses dependen fundamentalmente del Indo-Pacífico» indicó un alto funcionario de la Casa Blanca.

Trabajo conjunto con aliados estratégicos
En este sentido, la administración de Biden se centrará en el trabajo conjunto con sus aliados, especialmente en el marco del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad (QUAD), que incluye a Japón, la India y Australia. Simbólicamente, la nueva estrategia se publicó justo después de que Blinken participará en un QUAD con los jefes de los departamentos diplomáticos de esos países.

Otra herramienta para implementar la estrategia Indo-Pacífico es la triple unión AUKUS (Australia, el Reino Unido y Estados Unidos). Esto ha permitido que, por primera vez en 7 décadas, Washington se haya comprometido a compartir la tecnología de submarinos nucleares más sensible con otro país, Australia.

EE.UU. planea profundizar sus cinco alianzas regionales con Australia, Japón, Corea del Sur, Filipinas y Tailandia, al mismo tiempo que busca construir relaciones sólidas con los principales socios regionales, incluidos la India, Indonesia, Malasia, Mongolia, Nueva Zelanda, Singapur, Taiwán, Vietnam y las islas del Pacífico. Además, los planes de la Casa Blanca incluyen la expansión de la presencia diplomática de EE.UU. en la región, especialmente en el sudeste asiático y en las islas del Pacífico.

Taiwán y la península de Corea
Asimismo, se trabajará para mantener «la paz y la estabilidad dentro y fuera del estrecho de Taiwán». «Declaramos explícitamente que trabajaremos con socios de dentro y fuera de la región para mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, incluso apoyando las capacidades de autodefensa de Taiwán», dijo un funcionario de la administración estadounidense.

En cuanto a Corea del Norte, Washington señaló que, mientras se sigan desarrollando programas nucleares y de misiles desestabilizadores en ese país, seguirán buscando un diálogo «serio y sostenido», con el objetivo de lograr la desnuclearización completa de la península de Corea.

Al mismo tiempo, la estrategia prevé reforzar la disuasión ampliada y la coordinación con Corea del Sur y Japón para responder a las provocaciones de Pionyang, «estando preparados para disuadir -y, si es necesario, derrotar- cualquier agresión a Estados Unidos y a nuestros aliados».

Rusia y China aumentan la cooperación
La nueva estrategia de Washington tiene lugar en medio del fortalecimiento de las relaciones entre Moscú y Pekín y una semana después de la reunión celebrada entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, donde emitieron una declaración conjunta en la que criticaron la expansión de la OTAN y pidieron a la Alianza respetar «la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países».

En este contexto, Putin y Xi Jinping afirmaron que tales estructuras fomentan la competencia geopolítica, aumentan el antagonismo y la confrontación y socavan la estabilidad estratégica global, incluida la región Asia-Pacífico. Igualmente, Moscú y Pekín se expresaron en contra de los «intentos» de ciertos países de imponer «normas democráticas» a otros Estados y de «trazar líneas divisorias por motivos ideológicos, incluso mediante la creación de bloques estrechos y alianzas coyunturales».

Los mandatarios de ambas naciones también afianzaron la cooperación en materia económica, comercial, energética, financiera, humanitaria, científica y técnica. Asimismo, se comprometieron a intensificar el trabajo para aumentar la cooperación entre la Unión Económica Euroasiática y Pekín.