Erradiquemos las malas prácticas en las instituciones del estado.-
Por Roberto Veras.-
Por mucho que el soborno sea malo en cualquier sociedad, es la «norma» en los países en desarrollo. Ya sea una empresa o un país en sí mismo, el soborno se busca en todos los niveles y ámbitos de cualquier organización.
El juego es, si no puedes vencerlos, únete a ellos. El más reciente caso pudimos verlo en el Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI) donde uno de sus proveedores se quejó de la mala práctica en la obtención de una supuesta licitación fantasma que trajo como consecuencia el despido de la titular y varios funcionarios de esa institución por el presidente de RD.
Las malas prácticas en las instituciones del estado es un malestar absoluto, los individuos ricos se están volviendo cada vez más ricos, mientras que los pobres se están haciendo cada vez más pobres.
Parece que nunca desaparecerá debido a décadas de comportamientos y prácticas habituales de los líderes inexpertos y aquellos a quienes se les confía el bienestar de los más necesitados.
Debemos buscar la solución al soborno y se debe de comenzar desde arriba hacia abajo, la parte superior representa al gobierno, mientras que la parte inferior representa a las empresas licitadoras, pues se abusa de los fondos cuando se entregan directamente sin supervisión a los responsables de entregarlo.
Cuando los ciudadanos no pueden aguantar la mala práctica de los corruptos, recurren a los disturbios y, a veces, a las revoluciones, y eso también requerirá la participación de los países desarrollados y eso no lo queremos.
Nosotros como miembro del pueblo queremos que «todas las cosas sean iguales» para funcionar perfectamente. Sin embargo, en los países en desarrollo, todas las cosas no son iguales debido al soborno y la corrupción que siempre se agregan.
Con mayor frecuencia, cuando los fondos se entregan directamente a los supuestos ganadores de licitación, los fondos los desvían para uso privado. Si el gobierno está interesado en realizar proyectos para los cuales se asignan fondos para instituciones de ayuda, entonces es apropiado que se encargue de que los fondos se distribuyan en la dirección correcta.