El peso de las palabras de un auténtico comunicador.

Por Fernando Despradel

A principios de esta semana Acroarte entregó unos trofeos a figuras dominicanas que se han destacado en el periodismo radial, escrito y televisivo tanto en el país como en el exterior.
Una de estas distinciones correspondió al periodista y diplomático Aníbal De Castro.
Las palabras del veterano periodista atraparon al público presente y televidente.
Con voz calmada De Castro sentó las diferencias entre un verdadero comunicador y los improvisados, los escandalosos, los propagadores de rumores, los difamadores, los enganchados al oficio sin la más mínima condiciones.
Tocó el daño de estos filibusteros a través de las redes, enlodando ese recurso de comunicación.
Pero también a quienes utilizan los canales tradicionales para dañar reputaciones, mal informar a la opinión pública y difamar, sin consideración alguna a ciudadanos serios y trabajadores.
El director de periódico administró bien su discurso, pero sus palabras fueron tan contudentes una por una que sentaron las bases para ofrecernos una verdadera joya de la oratoria.
Ojalá y se sobre difunda este maravilloso discurso para espantar a los falsos comunicadores, a los que ofenden el lenguaje cada vez que hablan o escriben.
El impacto de estas «palabras de peso» silenciaron el auditorio y hubo un antes y un después en el bello escenario.
Como todo en esta época sobre comunicada, el discurso está disponible gracias a la magia de las redes.
Dése ese gozo de cordura, responsabilidad y una visión certera de un verdadero comunicador.
Muchas gracias señor De Castro por premiarnos con esas juiciosas palabras.

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