Por Rosario Espinal

La pregunta que más me hacen en cualquier época es: ¿quién ganará las próximas elecciones? No es mi costumbre responderla porque no tengo una bola de cristal. Analizo los factores que inciden en las contiendas electorales y la constelación de eventos anteriores para visualizar tendencias. Desde esa perspectiva escribo este artículo.

En las elecciones de 2020 se produjo una amplia alianza en contra del PLD por motivos que analicé en su momento. El PRM fue el pivote de la oposición, y, aunque Leonel Fernández y Guillermo Moreno mantuvieron sus candidaturas presidenciales, ambos pactaron posiciones con el PRM en otros niveles de elección. El discurso político de oposición fue al unísono, beneficiando, sobre todo, al PRM.

Si las elecciones fueran hoy, el PRM tendría las mayores posibilidades de ganar, por las mismas razones que ganó tantas veces el PLD: 1) la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, 2) la unidad del partido en el poder, y 3) la división de la oposición. Pero falta tiempo para las elecciones, y en política, el tiempo y sus imponderables también son importantes.

Junto a esos tres factores favorables, el PRM enfrenta dos desafíos para el 2024: 1) gobernar satisfactoriamente según el criterio de la mayoría del electorado, a pesar de la inflación, y 2) articular una amplia alianza que envíe señal de poder.

De ahí el empeño del presidente Luis Abinader en el discurso del 27 de febrero en señalar que la economía marcha bien, que se combate la corrupción y la delincuencia, y se ofrecen subsidios a la población de menos recursos.

También estuvo presente en la parte final, el énfasis en la defensa de la Patria y la soberanía ante Haití, tema que ha escogido Abinader desde el 2021 para aglutinar amplios sectores de la población a su favor, por el rechazo que concita la migración haitiana entre los dominicanos.

Así, el discurso del 27 marcó claramente la estrategia temática hacia la reelección. Que no quepa dudas, el PRM viene con toda su artillería para repetir en el 2024.

Al PLD le falta camino por recorrer para ser electoralmente competitivo otra vez. La larga estadía en el poder produjo cansancio y los sometimientos judiciales por corrupción han sido debilitantes. También se dividió a fines de 2019.

La Fuerza del Pueblo es un partido pequeño en construcción. Su principal aval es Leonel Fernández y a la vez una limitación: ¿Cómo justificar ante el electorado que una persona que fue presidente 12 años debe volver a serlo? Los otros partidos son minúsculos por el momento.

Para el 2024 hay que tomar en cuenta que en las elecciones presidenciales y legislativas del 5 de julio de 2020 se abstuvo el 45% de las personas inscritas en el padrón electoral, muy por encima del promedio de abstención que ronda el 30 por ciento.

La pandemia es la razón explicativa que sobresale, pero cualquiera sea la causa, ese nivel tan alto de abstención es un imponderable. ¿Retornarán esas personas a votar en el 2024 o se abstendrán? Y si retornan, ¿por quién votarán?