La Redacción

Las personas que son verdaderos periodistas muchas veces tienen la obligación de asumir responsabilidades frente a situaciones sociales, tener responsabilidad social.
El uso de términos altisonantes sin mencionar nombres obedece a una jugada capicúa “a quien le sirva en sombrero que se lo pinga”, cuando aparece alguien que le pone el nombre y el apellido, interpretando los términos dan un salto de garrocha, se tiran al piso y empiezan a llorar, por irresponsables y viven en lo claro oscuro, jugando a la apariencia y a la visibilidad.
El periodista que tira la piedra y esconde la mano, no llega lejos, aunque nuestra sociedad se ha permitido de todo.
Todo el que se presta como trampolín a la manipulación de los demás se hace presa de esa acción.
Hoy día estamos viviendo la generación de “cristal”, donde no se le puede tirar piedra a la cúpula del vecino.
Es una pena que haya que vivir tras esperar que caiga la borona para poder cumplir con sus necesidades, en la medida que unos a otros se maltraten en esa misma medida nunca llegarán a ningún lado.