Aprobada la Ley del Mecenazgo ¡Bienvenida!
Cayo Cilnio Mecenas, noble romano de origen etrusco, quien fue consejero del emperador romano César Augusto, era un amante de las artes y se convirtió en protector de artistas y poetas como Horacio y Virgilio. Su apellido “Mecenas” ha quedado como sinónimo de toda persona que fomenta y subvenciona desinteresadamente la creación artística.
A través de la historia han existido los llamados “mecenas”, los más famosos se remontan al Renacimiento que surge en Florencia, donde príncipes poderosos, reyes, banqueros y en especial la familia Medici, protegieron a grandes artistas, quienes quizás sin esa protección no hubiesen podido desarrollar muchas de sus obras. Estos mecenas florentinos eran grandes conocedores, amaban el arte.
Así también la Iglesia católica y los papas fungieron como mecenas, apoyando a músicos, pintores, escultores y arquitectos. El papa Sixto IV patrocinó un equipo de artistas para trabajar en la capilla que hoy se conoce como Capilla Sixtina, cuyos frescos, especialmente el de la bóveda con el “Juicio final” de Miguel Angel, son considerados como una de las obras cumbres de la historia de la pintura, y cinco siglos después sigue atrayendo multitud de visitantes; como afirma el historiador Stefano Infessura, Sixto IV debe ser admirado. “Le diste a tu ciudad templos, plazas, puentes”, siendo otro de sus grandes legados, el haber reunido esculturas de la época romana, que supusieron el inicio de los “Museos Vaticanos”, -precursor de los museos- además reinauguró la Biblioteca Vaticana, e invitó para dicho evento al compositor franco-flamenco Josquín Des Prés, dando vital relevancia a la música.
Las iglesias católicas son las mejores exponentes de los estilos arquitectónicos de las diferentes épocas, convertidas hoy en Patrimonio de la Humanidad. Las cortes reales europeas también fueron protectoras de artistas. El llamado “pintor de corte” era designado para realizar obras de forma habitual en una corte. Estos pintores realizaban especialmente los “retratos de Estado” cuando se trataba de algún rey o gobernante, y “retratos cortesanos” cuando incluían otros personajes, como el cuadro “Las Meninas” obra de Diego Velázquez, pintor de la corte del rey Felipe IV, en el cual refleja en ambiente doméstico.
La danza, tan antigua como el hombre, recibió gran impulso durante los reinados de Luis XIII y Luis XIV; en este período nació lo que se conocería como danza clásica o ballet, que inició en 1581, cuando Catalina de Medici patrocinó una función de gala y presentó el “Ballet cómico de la reina”.
El teatro, desde la antigüedad, recibió el apoyo de los gobernantes, ya en el siglo XVI Felipe II en España, estableció los “corrales de comedia”. En Francia Luis XIV desarrolló el teatro clasista, en el que destacaron figuras como Moliere, Racine y Corneille, creando en 1680 “La Comedia Francesa” y en Inglaterra bajo la influencia de Isabel I, nace el Teatro Isabelino. Los mecenas, hoy, como ayer, auspician e incentivan la creación artística.
Ley del Mecenazgo Cultural. Ha sido una iniciativa del cantautor Manuel Jiménez, y después de varios años en el Congreso, por fin ha sido aprobada; la ley –así lo esperamos– vendrá a estimular la verdadera creación artística, y la participación privada en pro de las artes, con la posibilidad, además, de gozar de beneficios fiscales. En los tiempos modernos muchas veces se confunden los términos patrocinio y mecenazgo, pero no son lo mismo, aunque en ambos se obtengan provechos en cuanto a imagen.
Sin embargo, nos surgen algunas interrogantes, ¿cuál es el criterio con que se manejará esta ley?, ¿quiénes deliberarán sobre cuales proyectos serán beneficiados? Al llegar a este punto pensamos en la palabra “cultura”. Es cierto que desde el punto de vista antropológico “todo lo que hace el hombre es cultura”, pero en este caso, la ley debe establecer las prioridades, que no deberían ser otras que estimular la superación, con miras a elevar el nivel cultural en el plano artístico e intelectual de nuestro país, visto así no debe haber espacio para el populismo y la demagogia, aunque con esto algunos piensen que se pretenda dar un aire elitista a la ley, y nada más lejos. El arte: la música, el teatro, la lírica, la danza, la plástica, son expresiones artísticas, los géneros son características de cada una, y en cada uno pueden haber creaciones buenas, mediocres o malas.
Apostemos por la excelencia, y hagamos de esta ley un vehículo para la superación cultural de nuestro país. Demos, pues, la bienvenida a la Ley del Mecenazgo Cultural