Cuña publicitaria
Por Heddel Cordero
Es cierto que la internet ha revolucionado la industria publicitaria de manera inaudita. Que esa revolución ha cambiado los esquemas conceptuales de comunicación de esta era. Que las plataformas digitales de hoy han creado alternativas de colocación más económicas y más precisas. Que los modelos operativos de una agencia de este tiempo son radicalmente distintos a los de ayer. Todo eso es cierto e inocultable.
No obstante, a pesar de ello, no podemos desdeñar un aspecto que es insustituible en el ámbito de la publicidad: me refiero a la creatividad. Nadie va a ninguna red social a buscar mensajes de publicidad.
Los lectores de estas plataformas buscan diversos tipos de contenido, pero no van a leer los anuncios. Por tanto, se impone que también aquí haya una publicidad que llame la atención, que impacte y que comunique con efectividad.
Es aquí donde entra en juego la profesionalidad de la agencia y su valor como diseñador de estrategias funcionales y poderosamente vendedoras. Esto no tiene sustituto en la carrera hacia los objetivos de ventas de productos y servicios, así como en la construcción de imagen y posicionamiento fuertes.