Por Edwin Vásquez
En estos días se ha estado hablando mucho sobre el peregrinaje en el país, de que si está bien o está mal, si con permiso o sin permiso de las autoridades.
Pero sucede lo siguiente el peregrino que la Policía Nacional arresto, en el Distrito Nacional, iba solo con su cruz blanca, acuesta con rumbo hacia el Congreso Nacional, en reclamo de la liberación del 30% de los fondos de la AFP, sin personas a su alrededor; ¿y me hago la siguiente pregunta porque fue detenido?
Al parecer que la única vía que tenemos los ciudadanos de buena voluntad a reclamar un derecho común son las redes.
Son situaciones que solo suceden en República Dominicana, porque según dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 20, garantiza que “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacífica”. También la Constitución dominicana asegura que “Toda persona tiene el derecho de reunirse, sin permiso previo, con fines lícitos, pacíficos y de conformidad con la ley”, y debe ser función del Estado, de nuestros servidores públicos, garantizar la protección efectiva de los derechos de todas las personas respetando su dignidad.
Y culmino el articulo, con la siguiente frase “Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen”.