Los Colores de las Protestas
Por Edwin Vásquez
En República Dominicana, como en otros países, los movimientos sociales son la manifestación de la necesidad y el cumplimiento de reclamos de sectores populares. Es importante destacar que las transformaciones que se van dando en el tejido social obligan a los actores a renovar las estrategias. Esto origina, a su vez, nuevos actores y nuevos roles en la acción colectiva. La protesta social muestra dos caras: la violenta y la pacífica. En el contexto actual, han surgido novedosas estrategias de manifestación social que excluyen la agresividad de épocas pasadas.
Las características de las protestas violentas traen como consecuencias el saqueo, quema de autobuses, perdidas humanas dejando el resultado de inestabilidad política.
El pueblo dominicano, desde el año 2010, ha dado un giro de 360 grados en las formas de los ciudadanos reclamar sus derechos y las redes sociales han ayudado en gran medida para convocar a los actuantes.
En el 2011, se escenifico la primera de esa magnitud con personas de todas las edades y con discapacidad vistieron prendas amarillas, portaron pancartas, sombrillas, gorras y otros objetos alusivos al 4%. La lucha por el cumplimiento del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación.
Luego en el 2018, dominicanos marchan en la denominada Marcha Verdes, para exigir celeridad y eficacia de la justicia en cuanto a casos de corrupción e impunidad.
Y en la actualidad, vestidos de negro, decenas de personas permanecen en protesta frente a la Junta Central Electoral (JCE), en demanda de que renuncien sus miembros, tras la suspensión de las elecciones municipales el pasado domingo.
Por tanto, en el país, existe el derecho a la protesta consagrado en la Constitución en el artículo 48 que establece la libertad de reunión: ¨Toda persona tiene el derecho de reunirse, sin permiso previo, con fines lícitos y pacíficos, de conformidad con la ley¨. Y el artículo 49 plantea la libertad de expresión e información: ¨Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa¨.