Los Bravo’s, un fenómeno de mercadeo.

Por Fernando Despradel
Esta cadena fundada en 1979 por Valeriano Monestina, con una experiencia acumulada desde los 16 años, presenta un fenómeno espectacular de expansión y desarrollo en el sector, con 26 tiendas; 19 en Santo Domingo y 7 en el interior.
Ubicadas en sectores de clases media alta, media y baja y con una asistencia de público que no decae desde la 7a.m. hasta medianoche, su hora de cierre, de lunes a sábado.
Debemos destacar que Bravo se ha empecinado en la «lexicalización» (el producto adquiere el nombre de la marca) de toda su oferta y para ser claro, es poco lo que falta de su existencia que «no sea marca Bravo».
Granos, leches, panes, galletas, papeles, productos de limpieza, jugos, embutidos, productos para bebés..hasta los más difíciles: fósforos, pilas, navajas y vainillas.
Y el público se ha acostumbrado, a costa de recibir la recompensa de un mejor precio, sin desmedro de la calidad.
He entrevistado varias personas de mi entorno, quienes prefieren efectuar sus compras en dichos supermercados, conscientes de un sustantivo ahorro.
Hace varios años Bravo tomó la decisión de eliminar las áreas de delicatessen y carnicería, lo cual permitía obtener un servicio personalizado y con la convicción de que llevaba más calidad en cada caso.
Ese paso permitió en cambio una mayor dinámica, ya que los clientes ahorran ahora casi el 50% del tiempo, que anteriormente empleaban en hacer sus compras.
Tienen unas mecánicas de «ofertas muy originales» en un calendario que no varía, el 16 de agosto la compra es gratis, cierto, te devuelven el monto en 10 cuotas, con la condición de que dicha compras deben ser por el mismo monto o superiores en cada una de las 10 operaciones.
El día «que no se paga ITBIS» o de que la segunda lata te cueste la mitad.
Lo que yo no entiendo todavía es porqué un plátano cueste tanto y uno «callejero», con las mismas características cueste un 25 o 30% del plátano Bravo.
Creo que los ideólogos del mercadeo de esta pujante cadena de supermercados debieran trabajar en este aspecto.
De igual manera el Bravo debiera identificarse más con la comunidad, apoyando iniciativas caritativas y deportivas en sus respectivas localidades.