Donald J. Trump es el ganador con una comunicación estratégica correcta.
Por Javier Fuentes
Donald Trump ganó las elecciones por una combinación de factores clave:
1)- Enfoque en la economía: A pesar de un desempeño macroeconómico
aceptable bajo el gobierno demócrata, la alta inflación y el encarecimiento
del costo de vida fueron determinantes.
Muchos votantes veían a Trump como una opción más confiable para
estabilizar la economía, recordando su gestión previa con menor inflación.
2)- Fronteras y seguridad: La crisis migratoria y su retórica sobre
fronteras fuertes resonaron en estados clave, atrayendo a votantes
preocupados por la seguridad nacional. Prometió endurecer las políticas
migratorias y ejecutar deportaciones masivas.
3)- Creciente apoyo entre latinos y jóvenes: Aunque tradicionalmente
alineados con los demócratas, Trump logró un incremento en el apoyo de
votantes latinos y jóvenes, gracias a su discurso económico y de
seguridad.
4)- Fuerza en estados clave: Su victoria fue asegurada en estados
oscilantes como Georgia, Pensilvania y Arizona. Estos resultados fueron
decisivos para su éxito en el Colegio Electoral.
5)- Debilidades demócratas: Kamala Harris enfrentó críticas por su
desempeño y por no distanciarse de las políticas impopulares de la
administración Biden.
Esto dejó a los demócratas vulnerables, permitiendo a Trump consolidar
su base y atraer votantes indecisos.
En resumen, una mezcla de descontento económico, preocupación por la
inmigración, y un mensaje claro y directo ayudaron a Trump a regresar a
la Casa Blanca.
Además de los factores ya mencionados, otros elementos contribuyeron al
triunfo de Donald Trump en las elecciones de 2024.
Y es la parte que quiero resaltar dentro de una comunicación
estratégica en una campaña: a)- Dominio en el discurso cultural:
Trump utilizó debates culturales controvertidos, como los derechos de las
personas transgénero y la educación en temas de diversidad, para
movilizar a votantes conservadores. Su postura alineada con valores
tradicionales reforzó su apoyo entre sectores religiosos y sociales que
perciben cambios culturales como una amenaza.
b)- Campaña efectiva en redes sociales: Trump aprovechó su dominio en
plataformas como Truth Social y X (antes Twitter) para conectar
directamente con su base. Su estrategia digital mantuvo a sus seguidores
comprometidos y amplificó su mensaje sin depender de los medios
tradicionales.
Muchos ojos con esto último porque se demostró que aun
teniendo en contra los medios tradicionales le ganó con su
estrategia emisor-mensaje-receptor
c)- Promesas audaces de política exterior: Con su lema de “Estados
Unidos primero”, Trump prometió resolver rápidamente conflictos
internacionales, como la guerra en Ucrania y la crisis en Gaza. Y traer las
inversiones y las industrias que se han ido a China y otros países.
Estas promesas, aunque vagas, apelaron al electorado cansado de los
compromisos bélicos prolongados. Que ha erosionado el nivel de vida del
sueño americano en el que solo ganan los complejos industriales
militares.
d)- Unidad dentro del Partido Republicano: A diferencia de elecciones
anteriores, Trump logró consolidar el apoyo casi total del Partido
Republicano. Este respaldo incluyó tanto a figuras tradicionales como a
políticos de la línea dura, lo que le permitió presentar un frente unificado
frente a los demócratas.
Los demócratas se debatieron entre la división y un discurso sin una gran
estructura de persuasión y captación de varios segmentos del centro y
ciertos conservadurismos.
e)-Desinformación y estrategias polarizantes: La campaña de Trump se
benefició de la difusión de relatos controvertidos o falsos para reforzar
preocupaciones entre votantes, como afirmaciones alarmistas sobre
inmigrantes o políticas demócratas. Esto aumentó el miedo y la urgencia
entre su base electoral.
En conjunto, estos factores no solo consolidaron su apoyo tradicional, sino
que también le permitieron expandirlo, asegurando su victoria en una
nación polarizada.
Y por último algo extremadamente y a la vez muy grave: El intento de
asesinato contra Donald Trump en julio de 2024, sí tuvo un impacto
significativo en su campaña y contribuyó a su victoria electoral, pero no
fue el único factor clave cómo ya describí.
Este evento generó una ola de solidaridad nacional e internacional,
uniendo a votantes de diferentes sectores en torno a la figura de Trump.
Incluso líderes demócratas, como el presidente Joe Biden, condenaron el
atentado y pausaron sus campañas en señal de respeto.
La respuesta a este ataque permitió a Trump presentarse como una
víctima de la polarización y la violencia política, fortaleciendo su narrativa
de lucha contra un “sistema corrupto” y atrayendo votantes indecisos.
El hecho también desvió temporalmente la atención de otros temas
polémicos, lo que le dio a su campaña un respiro estratégico para
consolidar su base.
En suma, aunque el intento de asesinato no fue el único motivo de su
triunfo, sí contribuyó a reforzar su imagen y consolidar el apoyo en un
momento crucial de la campaña.