Por Edwin Vásquez
Protestar permite manifestar el desacuerdo respecto a algo y constituye el derecho a negarse, pero de ahí a aplicarle la opresión es para asustarse.

Luego de los allanamientos ocurridos en este mes de marzo por la Procuraduría Especializada de Persecución a la Corrupción Administrativa (Pepca) a ex funcionarios del Partido de la Liberación Dominicana han ocurridos dos manifestaciones la primera fue el día 20, y es que los peledeístas se aglomeraron por los predios del palacio de Justicia, el cual se produjo un incidente entre ciudadanos y policías dejando un saldo de varios heridos.
La segunda fue este domingo 26, donde nuevamente los morados se presentaron al mismo lugar, pero esta vez ocurrió lo inesperado; El vehículo de la regidora del municipio Bonao por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fiordaliza Pichardo, fue incendiado por supuestos agentes policiales, quienes según declaró la funcionaria, lanzaron una bomba lacrimógena cuando esta se encontraba participando en la manifestación.
Sin embargo, debemos evitar a toda costa que un incidente como este se repita y que la opresión no acapare la paz social que nos ha caracterizado como sociedad que somos.