Presidente, sus números están en rojo

En un acto público en Santiago de los Caballeros, la obstinación reeleccionista del presidente Luis Abinader lo llevó a repetir su proclama de campaña y su intención de continuar en el cargo contra viento y marea.

Días antes habia hecho lo mismo en el acto de inauguración de la Circunvalación de Azua, donde el mandatario dijo que respondería con hechos las críticas opositoras, denotando una actitud desafiante, provocadora y poco ecuánime, muy alejada de la que debe caracterizar a los dignatarios.

El pasado fin de semana continuó esa linea de conducta, poco aconsejable para un jefe de Estado que cada día se desgasta y pierde niveles de aceptación, como es su caso.

En Santiago desafió a debatir estadísticas sobre obras y logros del gobierno que encabeza, prometiendo presentarlas en su rendición de cuentas ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas el 27 de febrero.

La reacción no se ha hecho esperar. Desde los medios de comunicación, mediante comentarios, reportajes e historias periodísticas le han contestado al desafiante presidente, quien ha seguido apuntando con carabinas vacías.

El deterioro de los servicios públicos, el desplome del sistema de salud, el colapso del sistema de emergencia 911, puesto en evidencia con decenas de ambulancias abandonadas y amontonadas, son parte de los fantasmas que persiguen al mandatario en cada hora del día.

Las obras que prometió el mandatario hace un año ni siquiera se han licitado, muchos menos iniciado.

De nuevo una sobreexpectativa respecto a una rendición de cuentas que terminará en nuevas promesas incumplidas junto a proyectos que nadie sabe de dónde ni con qué propósitos surgen y actividades que buscan desviar la atención de los dominicanos y las dominicanas de los problemas que los agobian.

La semana anterior, en tono intimidante, invitó a que le caigan atrás y en esta dice que no abundaba mucho en estadísticas, en razón de que la población las conoce porque las sufre en carne viva.

Se sufren los altos niveles inflacionarios, sobre todo en los productos de primera necesidad; los molestosos apagones, que han reaparecido en amplios sectores del país como resultado de la incapacidad del actual equipo de gobierno; la violencia e inseguridad que campean por sus fueros por doquier; el deterioro de los servicios, abusos y descuidos y sobre todo un alto grado de improvisación que molesta y retrotrae el país a épocas que los gobiernos del PLD habían convertido en hechos del pasado.

Sus numeritos, señor Presidente, están en rojo, como se demuestra en el rechazo de la población a su gestión, muy a pesar del bombardeo de encuestas de gabinete y estadísticas prefabricadas.