La Fuerza del Pueblo cree necesario reorientar la política educativa del Estado

La Fuerza del Pueblo planteó que los cuantiosos de recursos invertidos en la educación dominicana no han impactado todavía el aspecto esencial de los procesos educativos, que es la calidad de los logros de aprendizaje.

Durante una rueda de prensa, Josefina Pimentel, exministra de Educación, expresó que aunque se está conscientes de que los resultados educativos poseen una naturaleza multifactorial y que responden a procesos complejos y medibles en el mediano y largo plazo, se hace necesario que se reorienten las políticas educativas asegurando su continuidad y que erradiquemos la improvisación en materia educativa.

“Recordemos que si bien el país heredó de décadas pasadas, un sistema educativo en precarias condiciones, con muy bajos niveles de eficiencia interna y muy limitados niveles de equidad en el acceso a la enseñanza, no basta con que incrementemos la inversión y el gasto educativo, sino que es necesario replantear la calidad del gasto y las políticas y los énfasis que se deben asumir, para revertir los resultados educativos que se han venido evidenciando”, argumentó.

Dijo que, al analizar la estructura del presupuesto educativo de los últimos años, se observa que los énfasis del sistema se han dirigido fundamentalmente a los ejes de infraestructura escolar, alimentación escolar y ampliación de la cobertura; así como, al incremento de las condiciones salariales del personal docente y administrativo y a la ampliación del horario escolar, pero sin que esto haya impactado de manera significativa, ni por sí solo, en la mejoría de la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes.

Agregó que los resultados del Estudio PISA, así como cualquier otro estudio evaluativo, representan una información muy valiosa para la revisión y reorientación de las políticas educativas vinculadas a la calidad de los aprendizajes, con el propósito de revertir este escenario.

“Por consiguiente, a la luz de estos resultados, se hace necesario desarrollar una política integral que involucre al Estado, a los docentes, a las familias, y a la sociedad, y que logre focalizar en el centro educativo y la gestión pedagógica que se suscita en ellos, los mayores esfuerzos del sistema, con el propósito de promover en nuestros estudiantes los logros de aprendizaje, las competencias y los valores a que todos aspiramos”, indicó.

Dijo que esto requerirá potenciar el modelo pedagógico de la jornada extendida y priorizar el fortalecimiento de la gestión pedagógica de los procesos de aprendizaje en el aula, asegurar una formación docente inicial de altos niveles de calidad y adoptar como una prioridad fundamental del sistema el desarrollo del proceso de formación continua y seguimiento a los docentes, en el ejercicio de su labor educativa.

La exministra Josefina Pimentel mientras hacía las declaraciones.

Sobre el Ministerio de Educación
Josefina Pimentel dijo que La Fuerza del Pueblo entiende que el Ministerio de Educación deberá repensar su actual estructura de gestión institucional y administrativa, para descentralizar aquellas áreas no vinculantes con su naturaleza misional, que recargan y distraen a la institución de su función principal, de manera que esta pueda concentrarse y rendir cuentas en aquellos aspectos sustantivos contemplados en la Ley de Educación y que se relacionen más directamente con la gestión pedagógica, con los resultados y logros de aprendizaje y la creación de capacidades cognitivas y axiológicas en el estudiantado, en la dirección en que todos aspiramos.

“Hacemos, pues, un llamado al Estado dominicano, a los docentes, a las familias y a la sociedad en su conjunto, para que nos sumemos en un esfuerzo colectivo por mejorar y elevar los actuales indicadores, en el entendido de que la educación debe convertirse en una prioridad nacional y en un compromiso y una responsabilidad de todos”, puntualizó.

Texto íntegro de las declaraciones
Reflexión sobre la educación dominicana

Durante los últimos días distintos sectores de la sociedad dominicana han externando su preocupación ante los exiguos resultados evidenciados en la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), LA cual se llevó a cabo en el año 2018, con la participación de más de setenta países, bajo la coordinación de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), con el objetivo de evaluar las competencias lectoras, matemáticas y científicas de los estudiantes de 15 años, participantes en el estudio.

Dicha evaluación no mide contenidos curriculares propiamente, sino más bien la capacidad de los estudiantes de comprender, utilizar y reflexionar sobre textos escritos; sus habilidades para razonar, pensar lógicamente y resolver problemas, así como, para utilizar conocimientos científicos básicos e interpretar datos asociados a eventos, fenómenos y procesos de distinto nivel de complejidad.

Tanto en el presente estudio, aplicado en el año 2018, como en el del año 2015, cuando participamos por vez primera en esta evaluación, el país ha evidenciado exiguos resultados, colocándose en los últimos lugares de la escala, en función de un desempeño precario e incipiente, respecto a las habilidades cognitivas evaluadas en los participantes.

Esta situación también se ha evidenciado en las Pruebas Diagnósticas locales de 3ro. (2017) y de 6to. grado de primaria (2018), donde los estudiantes presentaron niveles bajos de desempeño, logrando tan sólo el 12% de los alumnos de 3er grado alcanzar un nivel satisfactorio en Lengua Española; mientras que, solo un 27% de los alumnos de 6to. grado de primaria lograron un nivel similar, es decir, satisfactorio la misma asignatura. De igual modo, en las pruebas diagnósticas muestrales de 4to. grado realizadas en el país, se presentan bajos logros en lectura y matemáticas, lo cual indica que los niveles de aprendizaje de los alumnos del nivel primario están por debajo de lo esperado, tanto para los estudiantes del sector público como para el privado.

Entendemos que la educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de las personas y de las sociedades, pues además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu y los valores y propicia todo aquello que nos permite alcanzar un desarrollo humano pleno e integral, como seres humanos.

La experiencia mundial muestra la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, en su sentido amplio, y en el grado con la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científico tecnológica. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un año adicional de escolaridad, aumenta el PBI per cápita de un país, entre 4 y 7%.

Consciente de la importancia que tiene la educación para crear las capacidades colectivas que requiere nuestra nación para alcanzar mayores niveles de bienestar social y de crecimiento económico, y para ampliar las oportunidades de los jóvenes para acceder a mejores niveles de empleo; así como para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho, la sociedad dominicana ha contribuido a triplicar, desde el año 2013, los recursos invertidos en el sistema educativo nacional, pasando de 58 mil millones en el año 2012 a 170 mil millones en el año 2019, lo que representa un total de más de 943 mil millones de pesos, (equivalente en promedio a unos 3 mil millones de dólares anualmente) en un período de siete años, y cerca de un 22% del Presupuesto Nacional, constituyendo el ingreso más alto de todos los que han recibido las diferentes dependencias públicas del Estado dominicano, durante el mismo período.

Sin embargo, es preciso destacar que esta cuantiosa gama de recursos, no ha impactado aún el aspecto esencial de los procesos educativos; es decir, la calidad de los logros de aprendizaje. Si bien estamos conscientes de que los resultados educativos poseen una naturaleza multifactorial y que responden a procesos complejos y medibles en el mediano y largo plazo, se hace necesario que reorientemos las políticas educativas asegurando su continuidad y que erradiquemos la improvisación en materia educativa.

Recordemos que si bien el país heredó de décadas pasadas, un sistema educativo en precarias condiciones, con muy bajos niveles de eficiencia interna y muy limitados niveles de equidad en el acceso a la enseñanza, no basta con que incrementemos la inversión y el gasto educativo, sino que es necesario replantear la calidad del gasto y las políticas y los énfasis que se deben asumir, para revertir los resultados educativos que se han venido evidenciando.

En este sentido, al analizar la estructura del presupuesto educativo de los últimos años, se observa que los énfasis del sistema se han dirigido fundamentalmente a los ejes de infraestructura escolar, alimentación escolar y ampliación de la cobertura; así como, al incremento de las condiciones salariales del personal docente y administrativo y a la ampliación del horario escolar, pero sin que esto haya impactado de manera significativa, ni por sí solo, en la mejoría de la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes.

Consideramos que los resultados del Estudio PISA, así como cualquier otro estudio evaluativo, representan una información muy valiosa para la revisión y reorientación de las políticas educativas vinculadas a la calidad de los aprendizajes, con el propósito de revertir este escenario.

Por consiguiente, a la luz de estos resultados, se hace necesario desarrollar una política integral que involucre al Estado, a los docentes, a las familias, y a la sociedad, y que logre focalizar en el centro educativo y la gestión pedagógica que se suscita en ellos, los mayores esfuerzos del sistema, con el propósito de promover en nuestros estudiantes los logros de aprendizaje, las competencias y los valores a que todos aspiramos.

Esto requerirá potenciar el modelo pedagógico de la jornada extendida y priorizar el fortalecimiento de la gestión pedagógica de los procesos de aprendizaje en el aula; así como asegurar una formación docente inicial de altos niveles de calidad y adoptar como una prioridad fundamental del sistema el desarrollo del procesos de formación continua y seguimiento a los docentes, en el ejercicio de su labor educativa.

Se requiere supervisión, control, evaluación y responsabilización de los resultados educativos, por parte de los centros escolares y las familias. Las escuelas necesitan que sean dotadas de los recursos y materiales didácticos en la cantidad y calidad requeridos para la buena enseñanza, tales como textos, bibliotecas escolares, registros de evaluación, equipos y herramientas digitales, y garantizar la implementación de un sistema de control e indicadores de calidad en cada centro educativo.

La educación dominicana, debe contribuir y garantizar la creación de un clima apropiado para el aprendizaje; y tiene necesariamente que definir la lectura y los procesos de comprensión lectora como una competencia transversal fundamental para los aprendizajes, en todos los niveles y grados del Sistema Educativo Nacional. Hay que enfatizar el uso de las TIC´s, no como elementos aislados y desconectados de la gestión curricular, sino como una herramienta transversal que tribute fundamentalmente a la calidad de los aprendizajes y los resultados educativos; e impulsar una estrategia integral de vinculación entre las artes, la cultura, la educación ambiental, la educación física y la recreación, con la educación, de forma tal que se potencie al máximo el desarrollo humano integral del estudiantado dominicano.

La Fuerza del Pueblo entiende que el Ministerio de Educación deberá repensar su actual estructura de gestión institucional y administrativa, para descentralizar aquellas áreas no vinculantes con su naturaleza misional, que recargan y distraen al Ministerio de su función principal, de manera que la institución pueda concentrarse y rendir cuentas en aquellos aspectos sustantivos contemplados en la Ley de Educación y que se relacionen más directamente con la gestión pedagógica, con los resultados y logros de aprendizaje y la creación de capacidades cognitivas y axiológicas en el estudiantado, en la dirección en que todos aspiramos.

Hacemos, pues, un llamado al Estado dominicano, a los docentes, a las familias y a la sociedad en su conjunto, para que nos sumemos en un esfuerzo colectivo por mejorar y elevar los actuales indicadores, en el entendido de que la educación debe convertirse en una prioridad nacional y en un compromiso y una responsabilidad de todos.