Especialista en derechos llama a erradicar los castigos físicos como métodos educativos
Durante la realización del XIV Congreso Latinoamericano de Niñez, Adolescencia y Familia, diversos expositores de toda América Latina enfatizaron la importancia de proteger los derechos de los niños y adolescentes en la jurisprudencia y dentro de las dinámicas familiares.
El evento fue moderado por María Fontemachi, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Magistrados, Funcionarios, Profesionales y Operadores de Niñez, Adolescencia y Familia (Alamfpyonaf) y se desarrolló en el auditorio de la biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) del 10 al 12 de este mes de noviembre.
José Ángel Rodríguez, miembro del Comité de Derechos de Niños y Niñas de Venezuela, fue el responsable de disertar en la conferencia “La erradicación del castigo corporal un desafío global”, en la cual explicó cómo el fenómeno de las “pelas” está arraigado culturalmente a pesar de los múltiples estudios psicológicos que no respaldan esta práctica.
Rodríguez indicó que, en las culturas latinas, “el castigo corporal no es entendido muchas veces como una forma de maltrato o de violencia”.
Algunas de las justificaciones comunes suelen ser: “ningún niño se va a traumatizar por una palmada, a mí me pegaron y no me pasó nada o todo niño necesita disciplina”.
El asesor jurídico explicó que el comité se rige por una norma consagrada en el derecho al buen trato, en el cuidado, crianza y educación del niño alejada de toda forma de violencia.
“Es necesario prohibir el castigo físico y humillante. Por más simple que sea el castigo, se acerca a lo inhumano”, enfatizó Rodríguez.
Insistió en que las pelas se aplican por una “supuesta y falsa intención educadora”.
Rodríguez recomienda erradicar el castigo corporal y asumir el compromiso mundial expresado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que la prohibición sea en todos los ámbitos, incluyendo escuelas, centros de acogida y también en el hogar.
Del mismo modo, apostar a la mejor formación de todo el personal que trabaje con niños y adolescentes.
“¿Se imagina usted a un empleador pegarle a su empleado porque llegue tarde o porque haga mal una tarea? Si eso nos parece inaceptable, ¿por qué aceptar pegarle a un niño?”, ejemplificó el especialista.
Finalmente, Rodríguez asegura que el reto está en aprender nuevas habilidades de comunicación para expresarnos mejor, basarnos en el respeto recíproco y enseñar que toda acción siempre ocasionará una reacción.
Entre las conclusiones que alcanzaron las diferentes comisiones de trabajo del congreso resaltaron el no revictimizar a los niños en los procesos penales, abrir espacios de diálogos y priorizar la atención a la salud mental, así como vigilar las leyes en torno a escolaridad y el trabajo infantil.
Leticia Evers, adolescente dominicana, participó en el panel “Adolescentes, distracciones y compromisos con la sociedad” e hizo un llamado a los jóvenes del país a involucrarse más y no vivir aislados de su entorno, ya sea familiar, escolar o social.
La estudiante meritoria ha encontrado espacios de superación en la participación de programas como “Diputada por un día” o en los modelos de las Naciones Unidas que se ponen en práctica en diferentes escuelas.
Durante el congreso, también se reconoció el apoyo que brindan los padres a los hijos, motivándoles a dar el todo por la excelencia.