Prevenir la pandemia de hambre

Por Altagracia Suriel

Junto al COVID-19, amenaza con afectar al país una pandemia igual o peor que este virus: la vergüenza del hambre, el flagelo más execrable a la condición humana por sus implicaciones físicas y sociales.

Como una enfermedad o un arma mortal, el hambre mata, pero también, por hambre se mata. Nada más insultante a la condición moral de un ser humano que vivir con hambre o estar imposibilitado de alimentarse por falta de recursos o acceso a comida.

Los precios de los combustibles, la inestabilidad económica asociada al COVID-19, la escasez y la especulación han encarecido los precios de los alimentos presenciándose una tendencia que si no se controla puede poner en peligro la cohesión social.

Hay productos de primera necesidad que se han incrementado hasta un 50%.
En relación con las explicaciones para escalada alcista de los precios de los alimentos, el Ministro de Planificación y Desarrollo, Miguel Ceara Hatton, además de señalar los incrementos en la materia prima y el alza del dólar, informó que el aumento del precio de la soya, el maíz y el trigo en el mercado internacional han provocado que los productos vinculados se incrementen en un 15%.

No obstante, la FAO afirma que hay estabilidad a nivel mundial en los precios de los alimentos.

Aunque el gobierno está mitigando las repercusiones de la pandemia en los ingresos de las poblaciones más vulnerables a través de los programas Quédate en Casa y Fase, la carestía de los alimentos puede reducir los impactos de estos apoyos en relación con el acceso a alimentos de calidad para las familias más pobres.

Conformar por Decreto un Gabinete Agropecuario es una buena medida del presidente Luis Abinader para poner en la mesa los problemas del sector y su abordaje multisectorial. Controlar la especulación y los altos costos de la intermediación en el mercado de los alimentos también son tareas urgentes. Ningún sector, por codicia o ganancia excesiva puede matar de hambre al pueblo.

Fortalecer y aplicar las regulaciones para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir el agiotismo también es hacer justicia, justicia social.