Ozoria Acosta ordena ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis
Santo Domingo.- El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Monseñor Francisco Ozoria Acosta, ordenó este sábado ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Los nuevos sacerdotes son Franklin Camacho Grullón, Juan Carlos Muñoz, Jhonatan Morales, Frank Rodríguez, Edison Moreno, Robert Alcántara, Jhadielle Hernández y Bendl Rivière.
La solemne ceremonia fue realizada en la Catedral Primada de América y contó con la presencia de los Obispos Auxiliares, Monseñor Ramón Benito Ángeles, Monseñor Faustino Burgos y Monseñor José Amable Durán.
A la ordenación que inició a las 9:30 de la mañana, asistieron decenas de sacerdotes, diáconos, religiosos y una representación familiar de los ordenados.
En su homilía Monseñor Ozoria Acosta destacó que hay dos palabras o dos conceptos que explican lo que es el sacerdocio que es Misterio y Ministerio.
«La vocación sacerdotal es un misterio, un admirable intercambio entre Dios y el hombre. «Este ofrece a Cristo su humanidad para que él pueda servirse de ella como instrumento de salvación. Si no se percibe el misterio de este intercambio no se logra entender cómo estos jóvenes, desde hoy, pueden representar a Cristo y ofrecer el sacrificio redentor», dijo.
En la actividad que duró dos horas y media, Ozoria Acosta explicó que los sacerdotes se ordenan para el servicio de la Iglesia, en especial a los pobres, pues son discípulos de Cristo al comprometer su vida por completo.
Al reflexionar en la autobiografía de la obra «Don y Misterio» de San Juan Pablo II, el Arzobispo manifestó que debe darse un equilibrio entre Ministerio y Misterio, ya que el sacerdote puede caer en el activismo.
«La demanda de servicio es grande y corremos el riesgo de dedicar todo el tiempo al Ministerio. La misión es tan grande que ocupa todo el tiempo y toda la vida. Cuando esto sucede, cuando por el por el Ministerio descuidamos y dejamos de ver el Misterio, eso se llama activismo», expresó.
Al finalizar la Eucaristía, Ozoria Acosta dispuso el envío de los nuevos sacerdotes a diversas parroquias que conforman la Arquidiócesis dónde iniciarán su ministerio sacerdotal.
