Por Ana Blanco

Nunca he creído en los puntos finales. Sí en los puntos y aparte. Para mí es la sensación de dejar atrás algo y un nuevo comienzo, pero llevando conmigo lo que he aprendido anteriormente. Para mí es imposible romper totalmente con algo o con alguien porque siempre de alguna manera queda algo.

Por eso en todos los puntos y aparte de mi vida, que han sido muchos, dejar de lado esa lucha por olvidar, por demonizar todo lo malo anterior me ha ayudado a mirar hacia delante, a tomar fuerzas pensando en el hoy y en todo lo que vendrá.

Muchas veces no soltamos lastres, nos aferramos al pasado, ya sea de manera nostálgica o con rencor, en ambos casos puede convertirse en algo tan pesado que no te deje avanzar.

Cada etapa de la vida, cada persona que llega a ella tiene su por qué y su momento. Aquellos que te hicieron feliz, serán atesorados, los que te hicieron daño serán despojados de su poder de afectarte y guardados, ya no son necesarios. Es la mejor forma de llevar ese bagaje emocional que te define, que te hace tomar decisiones que está ahí pero en equilibrio.

Aferrarse a las cosas no es saludable, nubla muchas de tus decisiones y al final, no ayuda para nada. Hay que ser capaz de no estar constantemente reclamando a los demás o a las circunstancia por lo que te pasa, ya que al final hay un único responsable: tú.

En el momento en que encaras las cosas sin reclamos, sin justificaciones y sin culpar a otros, notarás que todo es mucho más claro, más fácil y tener ese control sobre ti mismo es una experiencia exitosa.
Hoy quiero brindar por muchos puntos y aparte felices en su vida.