Guerra por empleos
Por Guerrero Baez
El presidente Abinader está padeciendo el dicho criollo de que no hay peor cuña que la del mismo palo, en este caso de guayacán. Parecidamente, Lincoln, meses antes de su martirio, se quejó amargamente con un amigo: “Hemos ganado la Guerra Civil para lidiar con un enemigo igualmente poderoso: el desempleo.
Es como la mítica Hydra, cada vez que nombro uno en un puesto me gano nueve nuevos enemigos, porque cada trabajo tiene diez aspirantes que creen merecerlo más que nadie”.
La nómina pública está hipertrofiada desde siempre, pues casi todos nuestros políticos, ejerzan en el Poder Ejecutivo o el Congreso y hasta el Poder Judicial, creen erróneamente que el Estado combate el desempleo al poner gente a cobrar sueldos sin que justifiquen su trabajo.
Difícilmente, con la crisis por la pandemia y el apuro económico, podría el gobierno disminuir el personal ni sustituir a todos para poner los suyos.
Ojalá cada reemplazo sea por designados con igual o mejor competencia para el cargo. ¡Y que sigan ninguneando a malucos azarosos!