Procuraduría: buena señal
Por Celedonio Jiménez
La designación de la juez Miriam Germán Brito como procuradora general de la República, y de la joven exfiscal, Yeni Berenice, como procuradora adjunta, es una buena señal que indica que en lo que se refiere al enfrentamiento de la corrupción y la impunidad, las autoridades del gobierno actual van por el camino prometido.
La decisión en esta materia era esperada con mucha atención pues con ella se señalaría el camino que se ha de trillar.
La designación se dio a conocer el mismo día de la juramentación presidencial, diferente a lo ocurrido con otros nombramientos. Y es que la cuestión tenía su complejidad y suponemos que implicó algunas tensiones internas.
Algunos pensaron que escoger a Miriam Germán traduciría una voluntad retaliadora por parte del nuevo gobierno, pues como se sabe ella fue públicamente víctima de ultraje sin nombre y de infames calumnias. Es por esto que a mi entender, una de las primeras declaraciones de la distinguida jueza, una vez designada, fue precisar que no actuaría motivada por “rencores” ni por otros “sentimientos miserables”.
Además de reconocerle al presidente Luis Abinader el cumplimiento de una importante promesa de campaña, satisfaciendo con ello una de las expectativas y reclamos más ansiados por la ciudadanía, es decir, designar una procuraduría independiente, un gesto significativo que hay que celebrar fue la juramentación de Miriam Germán y de Yeni Berenice, en ceremonia aparte, respecto a otras llevadas a cabo el mismo día.
El mensaje: estas funcionarias deberían ser vistas y actuar con estricta independencia del Gobierno Central y del Ejecutivo.
Ya el pandero está en manos de la procuradora general de la República. El pueblo la observa y espera. No tengo dudas de la entereza de quien en una ocasión tuvo la osadía, desde su estatus de jueza, de advertir crítica, y dignamente, al entonces presidente Joaquín Balaguer, que “al momento de juzgar, pretendo, solo pretendo, hacerlo sin pasión, pero también sin miedo…” (Carta pública de fecha 15 de septiembre de 1993).
Miriam Germán y también Yeni Berenice, actuarán sin pasión, pero con verticalidad, siguiendo en eso sus conocidas trayectorias. Sustentarán bien los expedientes para que los que tengan que pagar paguen. Creo que el caso Odebrecht, y dentro de él “Punta Catalina”, tiene que recomenzar, y pienso que en éste y en otros casos, en que a la señora justicia le quitaron la venda, se debe trabajar para la reconstitución de pruebas para incriminar y juzgar con justo rigor a todos “los que son”.
Quienes admiramos a las magistradas Miriam Germán y Yeni Berenice, les deseamos que cumplan exitosamente la ardua labor con la que se les ha cargado en este desafiante tramo de la vida nacional.